
Aplausos.
Foto: David Guzmán F.
La Casa del Artista es un lugar apasionado, nacionalista. Donde el animador grita: "muera el reggaeton" y yo grito a voz en cuello “Que se muera”. La jornada dura casi cuatro horas donde de apoco artistas y público van llenando el clásico espacio del Centro con pasillos, rockola, technocumbia, canelazos, pilsener y aplausos.
La gente se emborracha de amor y música, esas dos cosas tan nuestras, tan extrañas.
Quítese los complejos, los sábados son el día, un dólar el presupuesto. Seguro saldrá cantando.